Las Bolas criollas es un deporte practicado principalmente en Venezuela. Guarda cierto parentesco con los deportes europeos bocce y petanca, así como de las bochas.
Historia
Los primeros informes precisos acerca de la llegada de este deporte a
Suramérica se refieren a un fraile español, quien lo trae a Venezuela
durante la época de la Conquista española. Su popularidad cobra fuerza
en la década de 1930, y actualmente se ha propagado a Colombia (principalmente en Cúcuta), a Cuba y a varias islas del Caribe como Aruba, Curazao y Bonaire, países donde se practica por igual en todas las clases sociales.
A partir de 1956
en Venezuela se le da al deporte una dimensión de alcance nacional, con
ocasión de los Primeros Juegos Deportivos Nacionales. Se funda la
Federación Venezolana de Bolas Criollas, lográndose su organización
formal como deporte. Desde entonces ha formado parte de todos los Juegos
Deportivos Nacionales. De igual forma se han organizado los Campeonatos
Nacionales de Bolas Criollas, que se realizan todos los años entre los
meses de agosto y septiembre.
Reglamentación
Según la reglamentación el juego se practica en una cancha o espacio
de disposición rectangular que no tenga desniveles, generalmente en
suelos de tierra arcillosa o arena (si bien las características de las
canchas varían considerablemente). La cancha debe tener preferiblemente
una proporción de 2:3 (la medida ideal sería 20 metros de ancho por 30
de largo) aunque las medidas varían considerablemente de acuerdo a los
recintos o espacios donde las mismas estén ubicadas. Las canchas deben
poseer una protección perimetral, generalmente de troncos de madera
aunque no son poco comunes las de concreto con enchapes de madera de grosor apropiado, adicionalmente un cordel colocado a no más de 20 centímetros de la protección perimetral delimita el área válida de juego.
Desarrollo del juego
La finalidad del juego consiste en colocar la mayor cantidad de bolas
del mismo color cerca de una pequeña pelota no mayor de 5 centímetros
de diámetro llamada mingo, la cual ha sido previamente lanzada a
una distancia no menor a la mitad de la longitud de la cancha por alguno
de los jugadores del equipo que fuese favorecido en sorteo. Un jugador
del mismo equipo que lanzó el mingo se encarga de arrimar una bola
tratando de llegar lo más cerca posible del mingo. Le siguen un jugador
del otro bando que busca mediante arrime de una bola posicionarla más
cerca del mingo que la jugada del otro equipo. Si lo logra le tocará
jugar al primer equipo, pero si no, seguirá jugando el segundo hasta
colocar una bola más cerca del mingo que la del contrario (caso en el
cual volverá la acción de juego al primer equipo) o hasta agotar sus 8
bolas, momento en el que le tocará al contrario jugar todas las bolas
que le queden. Al acabarse las bolas de ambos equipos (tras haber
lanzado todos los jugadores) se cuentan las bolas de un mismo color que
quedaron dentro de un círculo con centro en el mingo y cuyo radio
termina en la primera pelota (la más cercana) del color contrario. Cada
set puede entregar de cero a ocho puntos a uno de los equipo.
Jugadas
Se habla de arrimar cuando se lanza con suavidad y haciendo
rodar la bola procurando quedar cerca del mingo al llegar ésta al final
de su trayecto. La otra jugada denominada boche es la acción de
lanzar con fuerza una bola con la intención de quitar la del oponente
que se encuentra más cerca del mingo. Los boches pueden ser de aire,
que como su nombre lo indica es el hecho de lanzar la bola por el aire
para caer directamente sobre la opuesta, o puede ser de marrana o rastrero es decir lanzarla a ras del suelo con mucha velocidad para impactar a la bola del contrario. Para ser buen bochador
se requiere fuerza, buena puntería y precisión en el tiro. El juego se
torna emocionante cuando un jugador lanza su bola con fuerza, golpeando
el mingo, variando de esta forma toda la geometría y el curso del set.
Pero si el mingo sale del área delimitada se devuelven todas las bolas
de ambos equipos y comienza de nuevo el set.

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